La luz siempre vence a las tinieblas.
Imaginaros una habitación con todas sus ventanas abiertas inmersa en la más completa oscuridad. La luz de una simple vela encendida en su interior atravesaría las ventanas y alteraría esa oscuridad. Las más profundas tinieblas aunque fuesen infinitas jamás podrían entrar en la habitación y vencer la frágil llama de esa vela.
Por muy pequeña que sea, la luz siempre vence a las tinieblas.
Imaginaros una habitación con todas sus ventanas abiertas inmersa en la más completa oscuridad. La luz de una simple vela encendida en su interior atravesaría las ventanas y alteraría esa oscuridad. Las más profundas tinieblas aunque fuesen infinitas jamás podrían entrar en la habitación y vencer la frágil llama de esa vela.
Por muy pequeña que sea, la luz siempre vence a las tinieblas.