viernes, 19 de agosto de 2011

¿Que no has visto la última película de guerra ? ¡Es ESTUPENDA, no te la pierdas!


Investigando 15M y el black out sobre LIBIA. La mitificación de la revolución y la apología de la guerra son armas del fascismo. 

Congreso de Nuremberg, 1934


Al hilo de lo que escribía en mi anterior artículo sobre la apología de la guerra en la que hemos sido educados y vivimos, he seguido reflexionando y me encuentro con  un texto de Walter Benjamin escrito entre 1934  y 1936, titulado Estética de la guerra[1] .
otro mito infantil

Captain America


El insigne pensador propone que la apología de la guerra,  a través de su estetización,  es la herramienta que utiliza el fascismo para organizar a las masas  y dirigir sus deseos de eliminación de las diferencias sociales y de propiedad en una dirección que no ponga en peligro el sistema capitalista, porque sólo la guerra puede movilizar y canalizar las fuerzas productivas y el conjunto de los medios técnicos, manteniendo intactas las relaciones de propiedad.
Es brillante. Tanto Benjamin como la idea en sí misma.





Volver la guerra atractiva a los ojos de las masas sería, pues, el mecanismo por el cual el poder político totalitario consigue mantenerse,  canalizando las energías de la masa y la tecnología derivada de la creatividad humana  en una dirección que no ponga en peligro los poderes fácticos del sistema.


Walter Benjamin me ha iluminado. Ahora entiendo mucho mejor la omnipresencia de la guerra en toda nuestra cultura: se trata de una manipulación intencionada del inconsciente colectivo por parte del poder para que nada cambie, desde la escuela, los juguetes, los videojuegos pasando por prácticamente todo el cine, denominado, de acción o películas de entretenimiento, en el que el 90% de las imágenes son violentas con hombres armados, combates, peleas, ataques, explosiones, persecuciones, guerras, asesinatos  y destrucción.

Schwarzeneger en Terminator, el héroe de nuestros hijos

Esto no es casualidad,  la guerra no es congénitamente cinematográfica, basta con recordar el cine mudo. Algunas sí trataron temas bélicos, pero la inmensa mayoría eran  películas de amor y de humor. Del mismo modo que no existe el teatro de guerra, tampoco existía el cine de guerra….hasta que llegaron los nazis al cine.


Juguetes para que nuestros niños se diviertan
La industria cinematográfica cambió rotundamente durante la IIGM y muchas estrellas de cine, disfrazadas de patriotas, se pusieron al servicio de la máquina de guerra americana. Otra vergonzosa manipulación de la apología de la violencia e incitación al racismo fueron las películas de vaqueros: convirtieron en espectáculo de entretenimiento para familias, y después en un juego de niños, la historia de la invasión de un territorio que tiene dueño, pero que se presenta como baldío, y el genocidio de un pueblo autóctono, que vive tranquilamente en sus tierras, pero que es descrito como enemigo y salvaje simplemente porque no es blanco ni cristiano y porque vive en territorios golosos.

Diversión de los soldados americanos en la cárcel de Abu Graib
Mientras escribo esto me estoy dando cuenta de ¡que están haciendo lo mismo con LIBIA! Los malos a eliminar son el pueblo libio fiel a Gaddafi, y  los mercenarios terroristas, armados por el poder en la sombra, son presentados como “los rebeldes que luchan por la justicia y la democracia y quieren salvar al país de la tiranía”. Manda huevos. Este mensaje obsceno es el que nos es servido todos los días en la prensa y en el telediario.


ADjunto links para los que quieran información de primera mano de lo que está realmente pasando en Libia:
Videos terribles de los mercenarios terroristas contra el pueblo libio.No apto para personas sensibles, son atrocidades. 




Juegos olímpicos en Alemania 1936
La omnipresencia de la guerra en el cine americano coincide con la llegada a Hollywood, en 1945, de los cineastas nazis, expertos en propaganda y manipulación mental a través de la estética.





“La seducción visual era (…) algo indispensable para amueblar la imaginación y no dejar sitio para el razonamiento. Se trataba de hacer no sólo tolerables, sino incluso agradables la violencia física y moral revistiéndola con una máscara halagadora de los sentidos”
A.   Cirici,  Estética del Franquismo, 1077,            Barcelona, p.11.

Leni Riefenstahl fue la encargada por el fascismo alemán de la estetización de la ideología nazi, misión que cumplió magníficamente dando dimensiones de epopeya clásica a lo que sería la mayor máquina de destrucción y genocidio, superando el nivel, ya muy alto, marcado por el Imperio romano y el psicópata Napoleón.
Hitler y Leni Riefenstahl


Cualquiera que comience  a estudiar el nazismo observará la importancia fundamental de la estética nazi  y su escenificación a través de la fotografía y el cine en la propaganda  de la ideología del fascismo alemán, que ha llegado hasta nosotros a través de aquellas bellísimas imágenes realizadas por Riefenstahl en el Congreso de Nuremberg en 1934,  en Olympia, la  película sobre los Juegos Olímpicos del 36 y  Der Triumph des Willens, “El Triunfo de la Voluntad” film que resume el proyecto de Hitler. La estética nazi, limpia, elegante, nítida, poderosa (todo lo que caracteriza al arte dórico) y sumamente seductora, se puede situar sin lugar a dudas en el origen de la fascinación que sienten los neonazis y afines por la ideología fascista.

Escultura nazi de un héroe
En la actualidad, la estetización contemporánea de la guerra ha corrido a cargo de Hollywood  y de sus seguidores en otros países como India o China: toda una industria super rentable, especializada en la presentación de la guerra y la violencia como espectáculo de entretenimiento (a semejanza del Imperio romano) para familias, mientras beben Coca Cola y comen palomitas. Se trata de normalizar la violencia en  nuestra cultura, porque la guerra es la gran canalizadora de la energía de las masas para que nada cambie y todo siga igual.

El mito del rebelde

Aquí, quisiera añadir un matiz a la reflexión de Benjamin: si, en nuestro inconsciente,  la guerra es una decisión del estado, la revolución nace  de las entrañas del pueblo. Así, a la apología de la guerra se suma  la mitificación de la revolución. El mito de la revolución consiste en afirmar como dogma que los rebeldes defienden causas justas, y siempre tienen razón. Y esta otra apología y estetización del rebelde se acompaña de toda una serie de héroes populares que, desde nuestra niñez con Robin Hood,  nutren otros tantos mitologemas en películas, comics y series de TV.


Un rebelde siempre tiene razón. No es casualidad tampoco que la prensa oficial llame rebeldes a los mercenarios sanguinarios armados por los servicios de inteligencia en la invasión de Libia, invasión que se ha querido disfrazar de rebelión popular para justificar el ataque de las fuerzas de la OTAN, porque el origen rebelde de un movimiento violento legitima su existencia y justifica su violencia.
El deporte competitivo es también un tipo de apología de la guerra disfrazada de ejercicio bueno para la salud. Se enfrentan los bandos, gritan, se enfurecen, desprecian e insultan a los rivales, que son en realidad percibidos como enemigos.

La Revolución Francesa es una de las grandes mentiras de la historia, porque nada cambió sustancialmente: el Antiguo Régimen fue reemplazado por la dictadura absolutista de un psicópata genocida que llevó a Europa a la destrucción durante casi 20 años. Después, volvieron otros reyes, que eran los mismos, con la única diferencia que a la aristocracia de sangre se unieron las grandes fortunas de la industria; los campesinos de antes eran ahora obreros sobreexplotados que vivían en condiciones aún más deplorables,  hacinados en tugurios inmundos en la periferia de las grandes ciudades. Al menos, en el campo, eran pobres, pero vivían en comunidades más solidarias y en contacto con la naturaleza.  La Revolución Francesa y la Resistencia son dos mitos que los franceses han inventado para ponerse la medalla de pueblo revolucionario.
La manipulación Indignados/15M es alta ingeniería social porque se disfraza de rebelión popular, por eso hemos caído en la trampa, como muy bien decía David  Icke.  La gente está convencida de que es un movimiento popular, luego es justo, bueno, sano y no debemos desconfiar de él.

Gracias a la permanente apología de la guerra y mitificación de la revolución en nuestra cultura, la energía de las masas y sus deseos de eliminación de las diferencias sociales y de propiedad son dirigidas hacia la violencia y el enfrentamiento.
Era cierto en 1934 y es cierto ahora. Qué poco hemos avanzado.

Las últimas medidas, anunciadas recientemente por el gobierno británico, de mayor control policial de la población y eliminación de ciertos derechos individuales dejan claro cuál es el fin último de las revueltas de la indignación: la instauración de un régimen más represivo, controlador y autoritario.

He aquí un texto escrito hace un siglo ya por el fascista Marinetti, mentor del Futurismo italiano, y citado por Benjamin en el artículo citado:
 “La guerra es bella porque gracias a las máscaras antiguas, a los megáfonos que causan terror, a los lanzallamas y los pequeños tanques, ella funda el dominio del hombre sobre la máquina sometida. La guerra es bella porque  inaugura la metalización soñada del cuerpo humano. La guerra es bella porque enriquece los prados en flor con las orquídeas en llamas de las ametralladoras. La guerra es bella porque unifica en una gran sinfonía el fuego de los fusiles, los cañonazos, los silencios, los perfumes y hedores de la putrefacción. La guerra es bella porque crea nuevas arquitecturas como la de los grandes tanques, la de los aviones en escuadrones geométricos, la de las espirales de humo de las aldeas en llamas. (…)”
 Marinetti, Manifiesto[2].

La apología de la guerra y de la violencia es un arma muy antigua del poder para dirigir nuestra energía hacia el negocio más lucrativo y que impide que nada cambie.


Pero el enemigo también está dentro. El cambio está en nuestras manos.  Padres, educadores, escritores, periodistas, políticos, consumidores: TODOS participamos en este juego de la violencia,  está en nuestras manos decir no:


Sólo lograremos cambiar algo cuando tomemos conciencia de ello, dejemos de educar en la violencia, dejemos de aceptar en las noticias la guerra como algo inevitable mientras cenamos en familia, dejemos de apoyar el negocio del cine violento, dejemos de ejercer la violencia sobre los demás seres humanos, sobre los animales o la naturaleza que tan generosamente nos alimenta cada día sin esperar nada a cambio.




[1] Walter BENJAMIN,  “ XIX: Estética de la guerra”, en La obra de arte en la época de su reproductibilidad artística,  México, Itaca , 2003,  pp. 96-99. Este conjunto de ensayos fueron escritos  entre 1934 y 1936.
 [2] Publicado con motivo de la guerra colonial  en Etiopía,  citado por Benjamin, op. Cit, p. 97.

6 comentarios:

  1. En los tiempos modernos la guerra de baja intensidad de 4 generacion artificia autoatentados para justificar guerras de invasión, exterminio y acaparación indebida.

    .:sMAb:.
    abrHACKzo
    http://elhackbogado.com
    http://investigar11s.org
    http://investigar11s.blogspot.com
    http://escuadronesporlaverdad.com

    ResponderEliminar
  2. De hecho, la existencia del ejercito es algo ridículo si se piensa, y malvado.
    ¿Que pasa? ¿qué tenemos miedo que los agricultores portugueses nos invadan, que los albañiles marroquíes se lancen paleta en mano en pos de ???
    A quién sirven los ejercitos!!!!
    Al pueblo?????

    hay que no querer ver para soportar semejante timo.

    BTS

    ResponderEliminar
  3. A veces, algunas veces... a cada un@ de nosotr@s se nos presenta el dilema de hasta qué punto estamos favoreciendo cada lado de la balanza con nuestros actos cotidianos.
    Ya no sólo se trata de buscar y rebuscar en nuestro consciente los matices, las pinceladas o los brochazos con los que pintamos nuestros cuadros (y, por interrelación, los de l@s demás) sino profundizar en el inconsciente, el subconsciente, el supraconsciente y cualquier otro baúl que pulule en el pensamiento, la emoción, el espíritu o en cualquier dimensión de nuestra piel.
    En mi caso, procuro verlo en términos energéticos porque me resulta más fácil discernir y llegar a conclusiones. Por eso la ironía o el sarcasmo me parecen armas peligrosas, que interfieren en las frecuencias de la bondad y el respeto.
    Sé que el camino para limpiar en mí misma los demonios violentos que suman su parte al escenario global, es un sendero diario donde cultivar perdón, gratitud y amor.
    No dudo de que existe una gran conspiración que lleva siglos manifestándose en muy diferentes formatos, y que es importante no ser ingénu@s hasta el punto de ignorarla por desconocimiento o mirar hacia otro lado para hacer como que no existe. Lo que me hace dudar son las formas de restarle poder o los actos que, de rebote, puedan sumarle eficacia.
    Pienso que el Universo lleva unos ciclos, al igual que una semilla cumple su programa de gestación y desarrollo... seamos coherentes con el ciclo que nos toca vivir. No nos toca quitarle poder a nadie aunque "ellos" nos lo "hayan quitado" previamente, de lo que se trata es de restablecer el intrínseco poder personal, el resto caerá por su propio peso.
    No tener miedo a la violencia, a la muerte, a la guerra, a la conspiración, a la tortura, a la ambición, al exterminio,... conlleva limpiar en cada un@ de nosotr@s esas energías. ¿cuánta violencia, de cualquier índole, hay aún en nuestros pensamientos y en nuestros sentimientos? ¿cuánta violencia hay aún en nuestra expresión?
    La palabra "idiota", dicen, se empezó a usar en la antigua Grecia, para aquellos "ciudadanos" que se ocupaban de sus asuntos privados y no participaban en los asuntos públicos. Tras la decadencia Griega, Roma se encargó de plagiar y adoptar a su libre conveniencia la cultura helénica y el término idiota empezó usarse como "ignorante". En el Medioevo se decía de aquell@s que no creían en Dios y Wipipedia me dice que la idiotez es, en términos médicos, una enfermedad mental que consiste en la ausencia casi total en una persona de facultades psíquicas o intelectuales.
    Creo que sería oportuno volvernos un tanto idiotas en el sentido clásico y prestar una gran atención a nuestros propios asuntos para erradicar en un@ mism@ aquello que no nos gusta ver en el gran espejo de esta aldea global.
    Agradezco tu espacio y tu información, que me sirve de hilo conductor para investigar en otros sitios de información alternativa y complementaria aunque hay veces que en los "titulares de tus noticias" o en algunos comentarios se cuela la misma estética que pareces señalar en los mal llamados, en mi opinión, élite. Elite, no-èlite, idiota, no-idiota... no son más que etiquetas que debemos ir despegando de nuestra piel.
    Namaste

    ResponderEliminar
  4. Hola retrepá. Buen artículo. Interesante la página de atrocidades en Libia. Para que luego digan que las guerras coloniales terminaron. Qué jetas.

    ResponderEliminar
  5. Por favor trata con repeto a las personas e intelectuales como Walter Benjamin y no manipules sus ideas, sacandolas de contexto para tu particular guerra de confusion y oscurantismo, en defensa de todos los satrapas de este Mundo como Gadafi, para los que quieres via libre para sus atrocidades, ya demostradas historicamente, incluidos los atentados terroristas en la aviacion. Muy lindo, ¿¿pobrecito!!!, hay que dejarle que convierta Tripoli y la libertad de sus habitantes, en un nuevo campo de exterminio como uns nueva Bosnia. No creo con lo que escribes y los temas que tocas y como los enfocas, que puedas mezclar en esto a Benjamin. ¿Sabes algo de él. Por lo que dices lo dudo, no hay persona mas alejadas de tus planteamientos que este intelectual de izquierda real, tu sigue defendiendo a Gadafi, que es lo tuyo, y empieza con el de Siria, otro angelito de los que te gustan.

    ResponderEliminar
  6. Estimado anónimo,
    para empezar, yo firmo lo que escribo, tu tiras la piedra y escondes la mano.

    Si leyeras con atención lo que escribo verías que en ningún momento he defendido a Gaddafi. Me limito a denunciar la mentira y la ocultación de lo que realmente está pasando, pues detrás de esta invasión terrorista diseñada por los servicios de inteligencia de la OTAN, hay intereses muy serios de instalar una base militar americana en Africa, en un país rico, poco poblado, con mucha agua y mucho petróleo fácil de extraer que será una base perfecta para el control total sobre la mayor reserva de materias primas del mundo.

    Ocultan que los libios no quieren ser salvados por los bombardeos humanitarios de la OTAN,
    ocultan que los rebeldes no son rebeldes sino terroristas entrenados que han sido infiltrados en Libia para cumplir el propósito de la OTAN de ocupar Libia, y deshacerse de Gaddafi.

    Ocultan que esto no es una guerra sino una invasión, como en Afganistán y en Irak, pues los libios ha sido atacados en su país si motivo, ningún libio pidió ser liberado del tirano Gaddafi: esto es un montaje, una gran manipulación.

    Sigues en la mentalidad maniquea izquierda/derecha, buenos/malos, democracia/tiranía. si criticas un político de izquierdas eres de derechas, si criticas las acciones de los países "demcoráticos" es que defiendes al tirano. ¿?¿?¿

    ¿no te parece muy infantil?

    Como digo que los rebeldes no son verdaderos luchadores por la democracia significa que defiendo y apoyo a Gaddafi.

    ¿No ves que hay mayor complejidad en los planteamientos pues la realidad es muy muy compleja?

    Si digo que el 15M es un montaje de la ultraderecha anarco capitalista quiere decir que todos los que están en las acampadas lo son. si denuncio la mentira del 15M resulta que estoy en contra del movimiento.

    Pues No, estimado anónimo, parece mentira que lo tenga que decir, No apoyo a Gaddafi ni su política y me encantaría que el movimiento de la indignación llegue a cambiar esta sociedad injusta, violenta y absurda.

    El problema no es tanto lo que yo crea, sino que hayas pensado que yo defiendo a un tirano, pues en ningún momento digo nada que pudiera hacer pensar eso.

    Yo sólo hablo de la mentira y de la manipulación que está llegando a límites absurdos si no fuera porque hay un genocidio de por medio.

    Los que ahora dicen que Gaddafi es un tirano hace unos meses se daban de abrazos con él. Pero ha desobedecido a los amos del mundo, y eso no lo pueden consentir. O te pones a su servicio o te quitan del medio.

    Yo no defiendo a Gaddafi, pero parece que tú si que te crees la milonga de que vivimos en democracia, que los partidos de izquierdas son de izquierdas y que la guerra de Libia es humanitaria.

    Pues nada, no hay más cieg.o que el que no quiere ver, porque da miedo despertar.

    ResponderEliminar