Chardin no está fuera del tiempo. Al contrario, está EN el tiempo,
en el instante presente que acontece ante sus ojos.
Con humilde paciencia y constancia insiste en mostrarnos el instante del presente:
esto es lo único que tenemos
Porque es lo único que ES de verdad: el instante.
Nos susurra:
fíjate en cada instante
fíjate en esos gestos que hacemos sin darles mayor importancia
porque es lo único que tenemos: la poesía del instante presente, la belleza eterna de la materia efímera.
apilar fresas
mirar el agua transparente en el vaso
sacar punta a una mina
abrigarte para salir
mirar una peonza girar
es lo único importante
porque es lo único que es real,
porque ES, simplemente.
Gracias a la magia de Chardin ese instante se hace eterno,
atraviesa los siglos,
intacto.
Y, a mi, me deja sin voz.
A mi me pasa con los bodegones de Zurbarán .
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