¿¿Pobres TOROS?? ¡Pobres PATOS! ¡Pobres CERDOS! ¡Pobres GALLINAS!

Toro bravo en la dehesa

En estos días tan entrañables, de grandes comilonas en los que lo que  más comemos es proteína, es decir animales,  como un delicioso foie gras de pato, un crujiente ternasquillo al hormo, unos sabrosos pavos asados etc..., he vuelto a oír la típica y tópica frase dicha , generalmente, por carnívoros:
"Me parece fatal que la gente vaya a ver cómo matan a un animal"

patos alimentados a la fuerza para provocar la hepatitis que se llama foie gras

Pato atrapado enntre rejas para facilitar su alimentación forzada

Para evitar que se ataquen en los gallineros en los que están hacinados, se les corta el pico

matadero de pollos

A esto yo contesto:

"Me parece fatal que la gente no vaya a ver cómo matan a los millones de animales que nos comemos"

¿Podemos ser tan hipócritas? ¿Y qué pasa con los catalanes? ¿ que son todos vegetarianos? ¿Acaso no saben esto? ¿o no será más bien una manipulación?

La ley antitaurina catalana tiene todos los ingredientes de una campaña publicitaria, la verdadera intención yace oculta bajo la imagen que impacta el inconsciente:  centra la atención en que los toros  sufren  porque los gobiernos centralistas  son crueles y primitivos, y están anclados en trasnochadas y salvajes tradiciones. El toro es el pueblo, noble y puro, mientras el que le da muerte, el torero y, sobre todo, el picador, la figura más impopular de cualquier corrida, representan a los políticos de Madrid.

Prohibir la lidia en Cataluña se convierte en liberarse del brutal verdugo que maltrata y asesina.

Si se tratara realmente de proteger los derechos de los animales, la ley antitaurina vendría acompañada de una ley prohibiendo la caza, la pesca y el maltrato a los animales de la industria cárnica donde, aunque invisible, de todos es sabido que el sufrimiento no es únicamente en el momento de la muerte sino que los animales sufren durante toda su vida.

Pero prohibir la caza y la pesca en Cataluña supondría generar un enorme descontento entre los electores catalanistas, supondría perder muchos votos,  y a la industria cárnica no se la puede tocar porque, además de ser un lobby, supone muchos votos, y se trataba de ganar las elecciones. Que las han ganado.

Y, dicho esto,  sigo pensando que aunque a los animales de los corrales los trataran bien y fueran sacrificados con métodos más dignos, yo preferiría ser toro de lidia y vivir 5 años en el paraíso comiendo, haciendo el amor y paseando  todos los días, para finalmente morir en la plaza, con música, ricos trajes  y aplausos, a vivir toda una vida encerrada y morir en el hedor y el anonimato de un matadero infame.

Importa cómo morimos, pero importa más cómo vivimos.

Como dijo Dolores Ibárruri: prefiero morir de pie a vivir de rodillas.

Además, ¿alguien se ha planteado lo que prefiere el toro?

¿y si el toro prefiere morir en la plaza a colgar patas arriba de un gancho en el matadero?