Hay muchos árboles que no dejan ver el bosque. Vayamos punto por punto.
"Nación es un grupo de personas que se ponen de acuerdo para mentir sobre su propio pasado".
Shlomo Benami, embajador de Israel en Madrid.
Entrevista en Radio Nacional
Años 80
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Tradicional banasta de frutas de Aragón con su cinta de bandera aragonesa, idéntica a la cinta de bandera catalana. |
1. El origen: la Constitución de 1978
El proceso del independentismo catalán se inició en 1978, y ha sido posible gracias a la división de España en 17 autonomías, es decir, gracias a la Constitución del 78, cuyos 7 creadores, (dos de los cuales eran catalanes, Jordi Solé-Tura y Miquel Roca, abogado de la Infanta Cristina, luego Cataluña fue la más representada) se reunieron a puerta cerrada para tramar lo que iba a ser el desmembramiento tanto administrativo como político y económico del territorio nacional. El origen, la base del independentismo nació, pues, en Madrid, con el aplauso de todos los diputados de los partidos estatales: Alianza Popular, Partido Socialista y Partido Comunista, además de, por supuesto, PNV y CIU del Padrino Pujol. España se descuartizó innecesariamente en 17 trozos autónomos y nadie en el Parlamento puso el más mínimo pero a la carnicería. El silencio se debió a que esta duplicidad administrativa complacía a todos los partidos que veían así multiplicarse por dos las posibilidades de colocar a sus amigos en los parlamentos y despachos autonómicos, sin olvidar el gran negocio de toda la red clientelar subsecuente.
2. El apoyo y complicidad del gobierno central
Es el Gobierno central de Madrid, tanto del PP como del PSOE, el que ha financiado (y sigue financiando en estos momentos) todo el
Procés, pagando la programación mental y los sueldos de todos los políticos que mostraban abiertamente sus intenciones independentistas, luego la sedición y la rebelión eran sólo cuestión de tiempo. Sí, señoras y señores, es el gobierno central el que ha financiado todo el proceso independentista a sabiendas. En Madrid, lo sabían, y dejaron hacer. ¿Por qué? Porque era parte de la agenda de los que mueven los hilos por encima del gobierno central: cambiar la Constitución española para llegar a un Estado seudo federal, un Estado debilitado. Tanto los líderes independentistas como el gobierno central tienen los mismos amos, las élites globalistas que buscan debilitar los gobiernos de las naciones históricas para que el poder pase a manos privadas de bancos y multinacionales (Ver Cristina Martín Jiménez,
Los planes del Grupo Bilderberg para Cataluña) .
3. La invención de una nación unida y victimizada
Desde 1978, el gobierno de Madrid ha permitido que los libros de texto catalanes contaran mentiras enormes sobre la historia tanto de España como de Cataluña, inventando mapas, fronteras, términos como la "corona catalano-aragones" que jamás existió, con el claro propósito de crear la ilusión de que realmente existió una "nación catalana que ha sido victimizada y vampirizada por el poder central".
La victimización de un pueblo noble y unido, sometido y explotado por un gobierno imperialista, abusivo y cruel es un mecanismo clásico de todas las propagandas en la historia de la hispanofobia, que ya se utilizó con éxito en los Países Bajos (desde mediados del siglo XVI y hasta el Tratado de Westfalia en 1648) donde no fueron los holandeses unidos los que lucharon contra los ejércitos españoles, (como rezan todos los manuales escolares) sino que fue una terrible guerra civil en la que el 80% de los ejércitos "españoles" estaban compuestos por soldados neerlandeses y flamencos mientras que en el lado rebelde holandés el 80% eran soldados daneses, ingleses y franceses que eran las potencias interesadas en debilitar a España (Roca Barea, Hispanofobia y leyenda negra, 2016). No estaban unidos los holandeses frente a España, sino que eran mayoría los católicos que querían seguir en el reino de España, y fueron cruelmente asesinados miles de ellos a manos de los independentistas. Pero la historia oficial ha ocultado estos datos porque los holandeses tienen que aparecer como el David valiente, bueno y tolerante que vence al monstruoso, injusto y cruel Goliath.
Tras las últimas elecciones del 21-D, el 52% de los votantes ha expresado que está en contra de la Independencia, pero la Ley electoral del sistema d'Hondt ha dado más diputados a los partidos independentistas votados en las comarcas agrícolas (subvencionadas con dinero público, como en toda España), de ahí que haya nacido el movimiento de
Tabarnia, de la zona costera de BArcelona y Tarragona, donde los catalanes son empresarios, soportan altos impuestos tanto autonómicos como municipales, que sirven para financiar las zonas agrícolas de mayoría independentista, y están hartos de ver cómo sus negocios y empresas están perdiendo dinero por todo el
procés que los ignora y ningunea. Los independentistas han dado la espalda a más del 50% de sus compatriotas, han fracturado la sociedad catalana de una manera difícil de curar, prohibiendo rotular en español en las tiendas y restaurantes... Como con la identidad de género, la principal víctima de todo esto es el mismo pueblo que está siendo utilizado para satisfacer los intereses de las élites.
Buen ejemplo de la manipulación de la historia son tres datos:
1. El compromiso de Caspe
Los catalanes en general ignoran el
Compromiso de Caspe (1412), por ser un momento decisivo en el que, en una votación, un señor catalán entrega la corona de Aragón a un príncipe de Castilla. Nunca se habla de esto en Cataluña y aún menos en los libros de texto porque tira por tierra la "colonización de Cataluña por Castilla" al ser un catalán el que pone voluntariamente a Cataluña al servicio de un rey castellano Trastámara.
2. La Diada
Los catalanes ignoran el origen y significado de la Diada, supuesto "día nacional de Cataluña". Cuando los catalanes lucharon en la Guerra de Sucesión contra Felipe V, y perdieron, fue porque apoyaban al pretendiente Habsburgo, que era para ellos ¡el legítimo Rey de España! y veían al Borbón como un francés, un extranjero, un usurpador. Ignoran los catalanes que la Diada nunca fue una fiesta histórica para los catalanes pues ¡fue una derrota! Es una fiesta fabricada, muy moderna, sin tradición, instituida en 1980 por, probablemente, personas que gustan de la inversión simbólica y celebran rituales los 11 de septiembre....
3. La bandera catalana
Como pude constatar un día en mi casa, con una cinta que adornaba una caja de frutas de Aragón y que un amigo catalán confundió con la bandera catalana, los catalanes se envuelven en una bandera que es la de Aragón. Y no lo saben, porque de saberlo llegarían a la conclusión que su "gran nación histórica catalana" no tiene ni bandera, lo que es una prueba más de la falsificación del constructo. La senyera es simplemente una versión de la de Aragón, como lo son las de Valencia y Baleares, todas hijas de la madre: la Corona de Aragón. En realidad, más razones tiene Aragón de reclamar para sí a Cataluña, Valencia y Baleares que la creación de los Paisos Catalans por el mero hecho de que comparten una lengua, semejante ¡que no la misma! En base a esa misma razón, mañana Portugal podría reclamar Galicia, porque "hablan casi la misma lengua"... En cuanto a la estelada, con su pirámide y la estrella de cinco puntas, símbolos archiconocidos de los Illuminatis que también aparecen en otras banderas creadas por los mismos en otros procesos independentistas como Cuba o Puerto Rico, es una bandera diseñada por un masón a principios del siglo XX y que ha sido sospechosamente rescatada durante el reciente Procés sin que ningún separatista hay investigado su origen y significado.
4. Una Independencia de pacotilla
1. Si realmente hubiera una conciencia republicana en Cataluña, los catalanes hubieran hecho quebrar la Caixa hace tiempo, al retirar todo su dinero y cerrado sus cuentas de este banco monárquico y del sistema bancario español, banco que paga anualmente 238.000€ a la infanta Cristina por no hacer nada y vivir una vida de lujo en Suiza. Pero ningún independentista parece molesto por esto, y todos mantienen sus cuentas abiertas en este banco monárquico, que todos consideran irracionalmente como un banco catalán.
2. Si hubiera una verdadera voluntad de independencia económica, hace más de 30 años que hubieran podido crear una Caja de Ahorros Catalana, local, pequeña, honesta, sin afán de lucro, con dinero de verdad, de los trabajadores y empresarios catalanes, que podría funcionar a su aire, con intereses bajos y sin entrar en el gran sistema bancario internacional del Banco de Pagos Internacionales y del Club de Roma. ¿Alguien ha propuesto algo semejante? Cero. ¿ Nadie entre 7 millones de catalanes ha tenido esta iniciativa? Tal vez, pero nadie se ha enterado. Y los partidos separatistas no lo han mencionado.
3. Si de verdad hubiera un deseo de crear un país libre e independiente, habrían propuesto crear UN PAÍS LIBRE DE CHEMTRAILS. Un país donde no haya modificación climática intencionada, sin desecación de los frentes, sin robo de lluvia, sin contaminación por metales y demás geoingenierías. Pero no. Nada. Cero. Ningún partido, diputado, podemita, adacolauita, res de res. Todos callados como p.... preocupados exclusivamente por la inmersión lingüística, dando charlas sobre el cambio climático y cobrando de los fondos de la ONU y del IPCC para seguir engañando a la población mientras se le oculta que se está perpetrando un biocidio de dimensión colosal.
4. Si de verdad los catalanes se "sintieran catalanes y no españoles" no se les ocurriría comprar Lotería nacional, les daría repelús, asco, dolor de tripas, tirria, no sé... ¿Comprar décimos para que el Estado español se quede con casi todo? ¡qué horror! Pues no. Ahí siguen todos los catalanes independentistas, comprando Lotería nacional y rezando para que les toque el gordo y así quedarse con el dinero de los españoles, esos "que les roban".
5. Lo mismo con la Liga y, aún peor, la Copa del Rey. ¿Cómo se puede ser independentista y desear que el Rey de España te entregue una Copa? De locos.
¿Esquizofrenia? No. Simplemente, no son verdaderamente independentistas, sólo lo son de boquilla. En los aspectos más inconscientes, más profundos, el dinero, la lotería, el fútbol, no lo pueden evitar son parte de España y, por sus actos, apoyan a la monarquía. Lo que importa es lo que se hace, no lo que se dice.
6. Si de verdad les preocupara la democracia, primero tendrían en cuenta a los otros catalanes, se sentarían a hablar con ese pequeño 52% de los votantes que también tiene derecho a decidir y no quiere la independencia.
Si fueran realmente demócratas, hace tiempo que estarían hablando de convocar una asamblea constituyente para redactar una Constitución con separación de poderes, partidos políticos no financiados por el Estado, sino por sus socios, y diputados elegidos por distritos electorales, en lugar de diputados puestos a dedo por el jefe del partido, que a su vez ha sido nombrado por el dedo de sus amiguetes del partido. ¿Algún Jordi ha abierto la boca para proponer esta revolucionaria organización política y electoral? No. Demasiado encantados y cómodos están con este sistema de corrupción sistémica para querer cambiarlo.
7. Si de verdad quisieran un país independiente hubieran reflexionado sobre el problema de la energía y estarían desde hace años trabajando sobre las energías libres, el coche de motor de agua (Stanley Meyer R.I.P.) o de aire comprimido y la energía solar doméstica y autoproducida. Nada. Ni una palabra de Puigdemont o de Junqueras sobre este espinoso tema. ¿Por qué? ¡No vayamos a molestar a las petroleras y las hidroeléctricas!
8. Si de verdad fueran amantes de la libertad y la independencia hace tiempo que estarían organizando un sistema de educación libre, de educación en casa. En lugar de esto, Cataluña y Baleares son de las comunidades donde más acoso escolar hay, y donde muchos servicios sociales están retirando a los niños de las familias que denuncian la violencia en el aula, para entregarlos a centros de menores, porque hay un tremendo negocio con eso (un centro de menores recibe de la Generalitat unos 4000 euros, sí, cuatro mil al mes por niño, en lugar de dar ayudas a las familias. Algunos servicios sociales y ciertos Mossos parecen estar compinchados en este goloso negocio).
9. Si los independentistas estuvieran sinceramente comprometidos con un mundo más justo y más libre, también lucharían en contra de la agricultura tóxica subvencionada por la Generalitat al servicio de los Monsantos y demás industrias del veneno agrícola. Pero no, ese voto masivo de los payeses de Gerona y Lérida lo que quiere es más subvenciones para seguir igual. Que sepa el lector que la agricultura en España está subvencionada por el Estado y consiste en que el Estado da dinero a los agricultores pero a condición de que compren las semillas del gobierno, es decir, de Monsanto, con sus fertilizantes y pesticidas especialmente diseñados para esas semillas tóxicas. Y luego le tienen que vender al Estado su cosecha al precio que diga el Estado... Esa es la "libertad" que quieren los agricultores catalanes independentistas.
Tras todo lo expuesto, que el lector saque sus propias conclusiones sobre cuánto independentismo y amor a la libertad hay en el Procés cataláv y cuánta complicidad del gobierno central que ha consentido y fiananciado todo esto durante 40 años.
Ningún independentista con el que he conversado sobre este tema ha sido capaz de desmontar racionalmente mis argumentos o darme otras razones. Y he podido constatar el sentimentalismo irracional de sus argumentos así como lo profundamente arraigada que está la idea de que en Cataluña si no eres independentista, eres facha y anticatalán, poniendo así a los mismos catalanes no separatistas en la posición de traidores, como ya ocurrió con los católicos en Alemania o en los Países Bajos... aunque allí era mucho peor, los ahorcaban en público.
Generalmente los argumentos han sido que "estoy adoctrinada como los fachas" (maniqueísmo sectario), que "los odiamos" o que "no los entendemos" (victimismo), que "quieren un cambio a la situación actual" (romanticismo iluso), que "prefieren que les roben los catalanes" (infantilismo) y que se "sienten catalanes", todos ellos argumentos irracionales por lo emocionales, si tal cosa pudiera existir. Cierto es que cualquiera tiene derecho a sentirse catalán, extremeño o celta, pero ese derecho no da derecho a saltarse el Código penal, el Código civil y la Constitución. Yo puedo sentirme de Soria pero ese derecho no me da derecho a poner una frontera, o a saltar impunemente sobre un coche de la Guardia civil hasta destrozarlo, cosa que ha ocurrido en Cataluña sin que nadie haya sido denunciado por ello. El sentimiento de pertenencia a un territorio o a una tradición no es justificación para desobedecer a una legislación cualquiera que sea. Y también muchos han pasado rápidamente, cómo no, al argumento ad hominem, en el que, debo decir, parecen estar entrenados.
Argumento ad hominem:
tipo de falacia (argumento que, por su forma o contenido, no está capacitado para sostener una tesis) que consiste en dar por sentada la falsedad de una afirmación tomando como argumento el descrédito del emisor. En pocas palabras: atacar al mensajero cuando no se puede atacar el mensaje.
Dicho esto, veremos los comentarios que me llegan...