Despierta tu SER |
Para mí, este describir
la envergadura de la esclavitud humana es un camino hacia la conciencia, hacia
el conocimiento del ser humano y su evolución, no la evolución inventada por el
teólogo eugenista Darwin, sino el proceso de la humanidad que está aconteciendo hacia un
mundo inhumano, basado en el triunfo del ego y de la imagen, en la pereza y la
comodidad, la desidia, el letargo, la falta de curiosidad, basado en la
irresponsabilidad adolescente y la incongruencia, la hipocresía, la mentira, el
abuso de poder, la violencia y, todo esto, TODO, movido por el miedo: miedo a
no gustar, miedo a perder el trabajo, miedo a perder estatus social, miedo al
qué dirán, miedo al cansancio, miedo a la muerte.
Descubrir todo eso es,
para mí, sumamente motivante porque lo que yo siento en mi corazón, este calor,
este amor a este mundo, esta curiosidad por saber, esta constante sorpresa ante
la belleza y grandeza del Universo y estas ganas de compartir con los demás
toda mi energía son la prueba de que
todavía soy un ser humano y que, por lo menos conmigo, han fracasado en su plan
de control y destrucción global. Cuando, en base a esta valiosa información que
llevo compartiendo desde el 2009 y que algunos denominan malas noticias o incluso mierda,
me analizo, observo que me han pillado en muchas cosas, pero en muchas otras
cosas no han podido con la fuerza y la verdad.
Cuanto más descubro el tamaño de
la manipulación, más afortunada me siento.
Esta mierda oscura e impresionante que llevo
estudiando en estos últimos años es para mí un regalo, porque por un lado me
permite entender cómo funciona este mundo, y cómo funciono yo, y por otro lado
me hace ver la luz que está ahí en el mundo y en mí, desde siempre y para
siempre, pues es indestructible. ¿Luz en la mierda? Si.
Cuanto más descubro la
dimensión de su maldad, más valoro lo que soy: un ser de alma, de luz y de
amor. Y ellos tendrán todo el dinero y todo el poder del mundo pero no tienen
ese tesoro en su corazón. Porque si lo tuvieran actuarían de otra manera. Son
muy pobres, muy pequeños, son miserables. Se pasan el día reunidos, vestidos
con trajes oscuros y corbatas que asfixian, y trabajando mucho, horas y horas
para someternos y destruir el planeta, pero al menos conmigo no lo han
conseguido del todo.
Como son infrahumanos,
funcionan y se alimentan de lo más bajo que tiene lo humano, el miedo. Platón
decía que no existe la maldad, sólo la ignorancia. Pero su ignorancia es
inmensa, demasiado inmensa, en mi opinión su ignorancia/maldad tiene una
calidad que no es de este planeta. Pero da igual si son terrícolas o no, porque
están aquí y aquí están ejerciendo su poder con una inteligencia que me resulta
fascinante. Son muy inteligentes para utilizar lo más bajo del ser humano para
que obedezca, y en eso son superiores a la humanidad porque han conseguido controlar al ser humano y llevarlo a su autodestrucción,
algo muy poco presente en la naturaleza, por cierto, todo en la naturaleza
expresa ansias de vivir, además de estar en permanente movimiento y transformación.
Cuando describo el
momento histórico en el que vivimos como un momento de manipulación extrema y
de destrucción de la Humanidad, hay lectores que ven que estoy colaborando al
malestar, que quiero angustiar y deprimir, en cambio yo lo veo como que estoy
abriendo una puerta de luz.
¿A qué se debe esta
diferencia? Creo que estas personas esperan. Tienen esperanza. Esperan que pase
algo, que alguien haga algo, que les digan, que les ayuden. Tienen implantada
la esperanza cristiana, religión para esclavos basada en la venganza pues
reconforta con la promesa de que los primeros serán los últimos y los últimos
serán los primeros. El cristianismo, que lleva 2000 años hablando de la bondad
de la esperanza por un lado, y la pereza cultivada y favorecida por la sociedad
del bienestar, por otro, han creado
una sociedad de esclavos borregos pasivos perezosos fofos irresponsables
preocupados por su imagen y esperanzados,
pues esperan que su pastor les lleve a buen puerto, les indique el camino, les
diga lo que tienen que hacer. Recuerdo que
a Jesús se le llama el Buen Pastor.
La comodidad, la
pasividad, el delegar en un político que se ocupe, el obedecer sin cuestionar lo
que dice el profesor, la revista de moda, tu periódico o programa favorito, el
jefe, el médico, el psicólogo o el
farmacéutico de turno, son los rasgos humanos que más se han educado en este mundo moderno.
Muchos lectores me
reprochan que sólo hablo de la maldad y la oscuridad. Así pues, y aunque yo no
soy cura y esto no es una iglesia, la gente en el fondo me está pidiendo que dé
soluciones. Aquí van las que a mí me sirven.
ÚNETE
A LA NATURALEZA
Esto
que voy a decir no es una frikada de colgada, FUNCIONA.
Una
de las maneras de destruir a la humanidad ha sido separarla de su verdadero
hogar, que es gratis y está ahí para nosotros: la naturaleza. Pasamos la vida
metidos en espacios cerrados, con tejados y ventanas, viajando en subterráneos
malolientes, aviones y coches ruidosos o trenes herméticos con aire artificial,
iluminados por luz eléctrica, comunicando por sistemas electromagnéticos.
Nuestro ocio transcurre en casa frente al ordenador o la televisión, o en espacios
cerrados, ruidosos y mal ventilados como gimnasios, bares, restaurantes, cines
o discotecas. Sentarse en una terraza de una ciudad llena de coches para poder
fumarse un pitillo mientras bebes un gin tónic es percibido como el colmo de la
libertad. Toda nuestra vida transcurre lejos de la naturaleza, de la que
estamos hechos, a la que pertenecemos y a la que regresaremos llegado el
momento.
Esta
Tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la Tierra, pero esto no se
dice pues descabala nuestro sistema que está basado en que la felicidad se
consigue por la posesión de las cosas gracias al dinero. ¿Cómo le vamos a decir
a los niños que no necesitan nada más que correr en el monte, bañarse en el río
o en el mar, jugar con el barro, volar una cometa o saltar a la comba, coger
higos, cascar nueces? No habría negocio. Recuerdo una amiga que me dijo
desconsolada que a su hija no le gustaba jugar con la Wii con lo que le había
costado, ¡qué buena noticia! Le dije, tu hija todavía no está muerta. La Wii es
el deporte cibernético para esclavos que viven en un submundo artificial. ¿Cómo
le vas a decir a la gente que lo único que necesita para sentirse bien es
sentarse debajo un árbol viejo, o mirar la puesta de sol? Esas cosas las hacen
los humanos modernos cuando están enamorados, porque es cuando conectamos con
nuestra verdadera naturaleza, pero el enamoramiento se pasa y dejamos de mirar
la puesta de sol. A menos que nos vayamos a la Riviera Maya o a Petra, lugares
en los que en lugar de contemplarla, le sacamos fotos, como si no hubiera
puestas de sol maravillosas en Madrid o en Cádiz, y como si por hacer la foto pudiéramos
poseer esa belleza!
En
nuestro sistema de vida, la naturaleza es tan sólo el fondo del cuadro. La
miramos desde el coche, el objetivo de la cámara o la tumbona. Pero no nos
fundimos con ella. Fundirse con la naturaleza es una sensación que los amantes
del esquí, el surf, la escalada, el senderismo, el ala delta, el buceo… conocen
bien. Pero, aún en esos casos, se habla
de “hacer deporte” no de “fundirte con la naturaleza”: nuestra cultura
hedonista, superficial y egocéntrica siempre frivoliza para evitar que
conectemos con nuestra naturaleza sagrada.
La
mayor parte de los que “practican deporte en la naturaleza” piensan que están
haciendo un “ejercicio saludable”, para “fortalecer su cuerpo”: están en la
naturaleza porque les SIRVE, les sirve de soporte para realizar una acción que
divierte, estimula, relaja o entretiene. Y generalmente van en grupo y hacen
mucho ruido. Eso no es unirse con la naturaleza, eso es usarla con fines
utilitarios y materiales, aunque mejor hacer eso que quedarse en el sofá con la
tele y la película de guerra.
Unirse
a la naturaleza, es sentirla, contemplarla en silencio y en soledad, es
escucharla, sentir cómo entre ella y nosotros apenas hay diferencia: nos
alimentamos de lo que nos da y le devolvemos lo que nos ha sobrado y al final
volvemos a ella. La Naturaleza no está afuera, no es ajena a nosotros, no es
algo diferente sino que es nosotros, y nosotros somos ella. Unirse a la
naturaleza es conseguir sentir esto, cuando lo consigues, te sientes en casa y desapareces. Esta desaparición
no significa que ya no te pueden ver, sino que desapareces como yo individual y
es una maravillosa sensación de plenitud, paz y felicidad. Esto no se consigue en 5 minutos pero se suele
alcanzar a la media hora. Puede que no lo consigas la primera, pero vuelve a
intentarlo y verás que puedes.
Esta
es una manera práctica y accesible a todos para experimentar la unión con el
Universo, regenerar tu energía, elevar el lado más humano y sagrado que hay en
ti, en un sentimiento que los griegos denominaban agapé, y que los romanos tradujeron por amor, este sentimiento lo tienen constantemente los niños menores
de 3 años que son la felicidad hecha persona y era la manera en la que debieron
sentirse las personas en el origen de la Humanidad. Esta experiencia de unión
con la naturaleza permite, al menos por un momento, superar la dualidad
cuerpo/alma, bueno /malo. Así, fundiéndote con la naturaleza, experimentarás el
hombre primordial, aquel estado del
hombre antes de su caída, antes de que entrara en la dualidad.
El bosque.
En mi pueblo hay un
bosque. No va nadie, sólo muy de vez en cuando ves a alguien que va a buscar
leña, a coger setas, a matar palomas o a correr para hacer ejercicio. La
relación con el bosque es de explotación utilitaria, de abuso, de expolio.
Mi pasión es el bosque.
Después de hacer mis ejercicios de estiramientos, respiración y relajación, me
siento y escucho su silencio, su música y me vuelvo bosque, rama o pájaro. Me
quedo tumbada bajo un árbol sabio y me fundo, desaparezco. Visto desde fuera
puede parecer que soy una holgazana, y que pierdo el tiempo, pero,
justamente, allí no hay tiempo, sólo hay
energía. Y la energía en el bosque es alegre y ligera. Y nosotros los seres humanos
estamos hechos de eso, somos parte del bosque. En todos los cuentos las cosas
ocurren en el bosque. Los druidas, que eran nuestros sabios de Europa, se
reunían en los bosques, que eran lugares sagrados, cuidados, respetados,
protegidos por todos. El bosque es nuestro hogar. No la ciudad. El bosque no se
venera ya, se explota, se quema o se ignora, o se pasa por él corriendo para
ser más eficiente y para adelgazar. El bosque no sabe de fronteras ni de
nacionalidades, tampoco sabe de clases sociales o de pasaportes: el bosque
siempre habla tu idioma, estés donde estés, seas quien seas, rica o pobre, feo
o guapa.
El bosque puede con
todo, lo dejas tranquilo y vuelve a regenerarse y a armonizarse. Todos hemos
visto como una casa abandonada, incluso en el centro de una ciudad, acaba
siendo devorada por la vegetación: el viento trae polvo, hojas y tierra, los
pájaros traen semillas (todo eso que se suele considerar que “ensucia”) y al
cabo de un tiempo crecen hierbas, plantas, enredaderas, árboles que acaban
tirando la casa, sí, entre la tierra, el sol y el agua del cielo, esa energía
renovadora que en los libros escolares denominan
con el término despectivo de erosión, la casa al cabo de un tiempo
desaparece, porque así es la naturaleza y, por mucho que pongamos límites,
mojones, fronteras, escrituras, construyamos muros, no nos pertenece. En Méjico,
la naturaleza recubrió por completo las pirámides en Yucatán que miden 30
metros de altura: no se las veía.
El bosque también
enseña que la muerte no existe: árboles caídos y hojas secas no están muertos,
pues si los observas, se mueven, cambian de día en día, siguen su proceso de
vida, en este caso se transforman en Tierra, vuelven a ella, de dónde salieron:
morir en el bosque es volver a casa. Y así es, la muerte no existe, sólo hay
continua transformación. Morir es volver
a casa. Pero en nuestra sociedad en la que hay que estar constantemente
favoreciendo todo lo que da miedo, no se habla de esto. La gente dice no querer
hablar de la muerte porque les da miedo, les parece desagradable. Pero es
precisamente lo contrario: no hablar de la muerte favorece el miedo, mientras
que ayudar a comprender y aceptar ese proceso, tranquiliza y libera. ¿Cómo
puede ser que algo que es inevitable y que nos va a ocurrir a todos sea un tema
tabú, algo vergonzoso, feo y repugnante? Pues, muy sencillo, para mantenernos en el miedo. Cuando asumes
que la muerte es volver a casa y dejar de sufrir, ya nadie te puede amenazar.
Ya no hay miedo. No por amenazar a una gallina te dará más huevos, al
contrario. Pero si amenazas a un ser humano te dará sus huevos y hasta su
corazón. Por miedo a morir. Perder el miedo a morir es el único camino a la
libertad. Pero no es un camino fácil.
La maldad que está
padeciendo la Humanidad es muy poca cosa frente a la naturaleza. La vida sobre
la Tierra es mucho más larga y
desconocida de lo que nos cuentan, los humanos podemos desaparecer, pero la vida en la Tierra continuará puesto
que es eterna e infinita, y vendrán otros seres, humanos o no…
Y esa fuerza infinita y
energía eterna, maravillosa y sagrada late en mí, brilla en mi corazón. Y
también en el tuyo.
Ve al bosque, siente
los árboles, abrázalos y dales las gracias, respira y haz ejercicios que relajen, fortalezcan y vitalicen tu cuerpo,
pues somos, antes que nada, cuerpo. Ve al mar y báñate en él, juega con las olas
y disfruta de su energía. Túmbate y mira las estrellas, mira las nubes, el sol,
pero no un ratito, mínimo media hora, sube a las montañas, pasea por los
valles, por los campos y, cuando encuentres un punto en el que sientes que
estás a gusto, siéntate, túmbate y quédate en silencio, mínimo media hora,
recuerda, no hay prisa. Pero no de vez
en cuando, siempre que puedas. Todos los días. No te digas que no tienes
tiempo, calcula cuánto tiempo pasas delante del ordenador o la televisión,
quítale una hora diaria y regálatela. Ya sé que suena muy friki esto de abrazar
a los árboles pero justamente ya se han encargado de que todo lo que es bueno y
gratis parezca friki o ridículo. Hazlo, y verás como empiezan a pasar cosas en
ti, como empiezas a ver las cosas de otra manera. Estamos hechos de átomos, y los átomos son
energía, y lo propio de la energía es
que se mueve sin parar: si vas al bosque, a la montaña o al mar, su energía es
libre, revitalizará y reforzará la tuya, que también lo es, la naturaleza te
REGALA su fuerza, está constantemente dando. Sólo hay que estar dispuesto a
recogerla. Empezarás a sentir en ti una fuerza liberadora y no sabrás
explicarlo, empezarás a sentirte más alegre, más vital porque empezarás a
sentir ese ser humano que es libre como el mar o el viento, pues estamos hechos
DE LA MISMA MATERIA/ENERGÍA. No hay ninguna diferencia entre tú y los árboles, el
mar o las nubes: somos UNO.
Es muy sencillo. Es
fácil, todo el mundo lo puede hacer, es muy agradable, es cómodo, es gratis.
Entonces ¿Por qué no nos lo han dicho?
Porque es gratis,
porque no hay negocio, porque la gente quiere hacer cosas exclusivas, raras y
caras, porque la gente quiere ruido y no le gusta la soledad, porque sólo se valora la mente como camino
hacia el conocimiento, pero sobre todo porque cuando estás conectado te sientes profundamente en paz, necesitas menos cosas
para ser feliz, no tienes ganas de enfrentamientos ni guerras y no puedes
destruir la naturaleza. Pero sobre todo porque te hace libre y nos quieren
miedosos, violentos, perezosos, sometidos y cómplices de la destrucción de la
Tierra.
Los que han hecho el
camino de Santiago han sentido estas cosas, pero rara vez lo siguen
practicando: hacen el Camino, como quien se pone una medalla, es un logro, un
reto. Pues en este mundo absurdo de la competitividad conectar con la
naturaleza es un reto, una proeza que una vez lograda se pega en el álbum o se
enmarca y se convierte en un recuerdo. Como el que una vez tuvo la suerte de saludar
al presidente, al papa o al artista famoso. Conectas con tu ser sagrado, le
haces una foto, y lo cuentas a tus amigos.
Hay gente que no se
baña en el río porque tiene miedo a los peces, o que no se pasea por el bosque
porque tiene miedo a los corzos, o que no se tumba en la hierba porque tiene
miedo a las avispas, las arañas o las serpientes. Propongo que reflexionen y
valoren cuánto hay de peligro real y de miedos aprendidos, recordando que el
miedo es un método de sometimiento que nos ha sido inculcado desde la infancia.
Si los peces son de los que se asustan cuando te ven, no será un peligro como
si se tratara de un tiburón o una morena, si son corzos que huyen al menor ruido no son como
leones hambrientos o cocodrilos mimetizados con la vegetación. No debemos confundir miedo con cautela. Unirse
a la naturaleza nunca puede ser ponerse en peligro.
Existe una aberración
que se llama deporte de riesgo y que
no es otra cosa que jugar con la muerte.
La gente lo practica porque siente pánico y supone un chute de adrenalina.
Sabiendo que el miedo y el pánico son lo que más gusta a los que nos manipulan,
huelga decir qué parte de nuestra humanidad se ve activada por este falso
deporte muy promocionado en todos los medios, como no.
Correr está de moda, pero correr es de cobardes, te agita en una competición contigo mismo y, no es
casualidad, es el ejercicio preferido de las sociedades del miedo. En ninguna
sociedad tradicional se corre por placer, sino por necesidad. Corres para
escapar del peligro, o porque tienes que advertir de un peligro a tu comunidad:
siempre se corre por una mala razón. Es malo para las rodillas y los pies, que
se golpean una y otra vez como si los estuvieras machacando con todo tu peso en
caída libre. Es malo para la columna. Si quieres hacer ejercicios aeróbicos:
baila. El baile lo une todo: estimulas la circulación, fortaleces tus músculos,
sudas, compartes con los demás y te diviertes. En todas las culturas el baile
es un ritual para celebrar la vida, es una manera de unirte a ella.
Cuida tus plantas, en
el jardín, en el balcón o en el salón. Educa a tus padres, a tus hijos, a tus
hermanos, a tus sobrinos en el respeto a la naturaleza, a los árboles que son
los que fabrican, y gratis, el oxígeno que nosotros necesitamos para vivir,
porque la naturaleza nos da todo, nos lo regala todo: trigo, agua, oro o
petróleo.
El árbol no es un palo
gordo vertical que da sombra y sirve para apoyar la bici o para que meen los
perros. Los árboles son nuestros maestros y nuestros cuidadores. Sin ellos,
moriríamos. Basta con tumbarte bajo un árbol y verás cómo te protege con sus
ramas. Salvo el ciprés, porque el ciprés te acompaña en tu último viaje, con
sus raíces hundidas en la tierra, te va a buscar para llevarte al cielo hacia el que siempre está señalando.
Enseña a los niños que te rodean los nombres y
que aprendan a mirar los árboles, su forma, sus colores, que sepan que son los
árboles que nos dan el oxígeno que respiramos, que no se pueden cortar, que un
árbol viejo es sabio y nos da su sabiduría sin que los sepamos pues, aunque lo
ignoramos, somos árbol. Practica esto, enséñalo a tu alrededor, hazlo tú porque
el colegio y la sociedad no lo harán.
Gracias Pilar. Es todo lo que tengo que decirte. Desde que descubrí este blog, ha sido como un viaje en mi interior, con un sinfín de emociones y consecuencias. Me ha revuelto los pensamientos y las creencias, me he cuestionado todo lo que creía, me detengo más a pensar porqué hago lo que hago. He experimentado miedo, terror, angustia, impotencia, noticia tras noticia que camuflaban y confirmaban tus verdades. He difundido, sin éxito, muchas de las cosas que me he ido cuestionando, raramente logrando un resultado, consiguiendo que alguien se moleste en pensar un poco más o simplemente que me tachen de conspiparanóica y que me dijesen que estaba a medio camino hacia la esquizofrenia... Enfin, puedo decir que ha valido la pena. Y te doy las gracias más sinceras que le haya dado nunca a nadie. No puedo decir que lo haya hecho, pero estoy aprendiendo a liberarme del miedo, a no temer, a darme cuenta de que no pueden destruirme del todo porque sé lo que es realmente importante, porque valoro la tierra y lo que hay dentro de nosotros y puedo separar de ello, lo que nos ha sido impuesto y lo que ha sido diseñado para nuestro interior. Siento que no sería tan terrible que todo acabase, que sería ideal que volviésemos a la tierra, a trabajar con las manos, que es un paso hacia atrás, pero un atrás que no nos ha sido impuesto. Que no tener un trabajo es lo mejor que me podría pasar. No quiero entregar más 8 horas de mi día, del resto de mis días, a los intereses de otros. Yo también creo que en cierto modo, es el mundo postmoderno el que nos lleva a estar deprimidos, a no cuestionarnos nada o a no encontrarle sentido a la vida, porque nos hace estar tan distantes, tan lejos de nuestra naturaleza, de lo que realmente somos, que es imposible encontrarse aquí, así.
ResponderEliminarNada más y de nuevo, gracias.
Mi querida maría
Eliminarqué dulces siento tus palabras, gracias a ti por escribirme.
Una cosa que no he descrito es que el truco es cuando intentas difundir lo que has encontrado, hay que desapegarse del resultado. No esperar resultados, esperarlos es estar pillados. DEpendes de los demás, y claro, es el acabóse. Los demás harán y dirán lo que quieran, eso no debe afectarnos.
Comparte con los demás, y si no te entienden, pues nada, es que no te pueden entender. Tú, sigue.
Esto es muy liberador, cuando consigues que lo que te importe es hacer lo que quieres hacer: compartir, escribir, denunciar, decir, llorar o reír, y que da igual si lo que dices llega, entonces la ceguera ajena no te afecta.
EStamos librando una gran batalla, y nadie dijo que fuera fácil!!
Te mando un gran abrazo!
lo que dices es perfecto, y lo cuentas perfectamente y, en mi opinión, tienes bastante razón. De alguna manera tú también esperas, esperas en tu naturaleza, confías en que el ser humano si se reencuentra con su verdadera Naturaleza, podría cambiar, yo creo que a lo sumo puede mantener su dignidad a duras penas a lo largo de su corta existencia, pero el desarrollo de la civilización humana consiste en su autodestrucción por lo que la Historia y nuestras experiencias en el presente nos demuestran. la pérdida de la humanidad es algo inevitable, como lo es la muerte, incluso para el bosque llegado el momento.
EliminarMatizo que no soy yo quien escribió lo anterior :
Eliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=6njdE-YNmmg
Discrepo. Sentirte en paz y armonía en ciertos lugares no es esperar. No es una cuestión de confianza. Confiar es adelantarte a a algo. No confío yo mucho, no. Porque cada uno hace lo que puede, y nunca sabes cuál será tu límite. Yo no espero en la naturaleza, porque lo que digo no lo espero, simplemente sucede. Es inmediato.
EliminarEres fantástica, Pilar.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo y puedo decir muy feliz, que tengo la suerte de experimentar muchas de las sensaciones que describes. Sigo tu blog desde que te escuché en el Vórtice. Este post es todo pasión y te doy las gracias por ella.
Excelente post.... sobre todo la interpretación de los deportes de riesgo, correr y la vida en la naturaleza... Y lo de la competitividad....me han llegado bastante... ahí dejo por cierto una entrada sobre el NWO que puede resultar interesante. Muchas gracias. Un abrazo. http://averiadepollos.blogspot.mx/2013/10/ellos-viven-el-nuevo-orden-mundial.html
ResponderEliminarHacía tiempo que esperaba que un día u otro publicaras algo como esto .
ResponderEliminarMe sobra completamente la alusión a lo " infrahumano " . Es como un cristal que desempañas para que todos vean clarito tras de él , para empañarlo tú de nuevo otra vez .
Es curioso como mucha gente quiere ver sólo la luz. De la misma manera que hay un movimiento hacia lo sutil, hay otros hacia la infrahumanidad. Lo describo en el post sobre las Fiestas de mi pueblo. Para mi, hay un movimiento de abandono, de pérdida de nuestro Ser, consentido. Como Fausto, hay personas que venden su alma a cambio de la ilusión de la comodidad, del poder...
EliminarBueno , me había parecido una velada alusión a los lagartijos , parece que estaba equivocado . De todas maneras no comparto esa visión de lo " humano " y lo " infrahumano " . El ser humano vendió su alma cuando se adentró en lo que llamamos " civilización " , esto lo convirtió en "humano ", antes no lo era , o sea que inventamos esa palabra para taribuírnosla a nosotros mismos ..
EliminarEtimológicamente la palabra humano significa " hecho de tierra , procedente de la tierra " , dime tú si no hay millones de especies en este planeta que merecen este apelativo , pero claro , desde la perspectiva antropocéntrica nos vemos como los únicos dignos de ser llamados así .
La infrahumanidad pues , es algo imposible , somos hijos de la tierra tanto si queremos como si no .
La sociedad del bienestar nos ha hecho perezosos...,pero por favor si no paramos de trabajar,la gente no tiene vida,está explotada,maltratada y que sociedad del bienestar ni nada,vivimos neoliberalismo puro y duro,cuando os quiten la seguridad social del todo y no podáis pagar los tratamientos si que váis a criticar la sociedad del bienestar,la váis a echar mucho de menos.Otra cosa distinta es que la gente colabore en su propio maltrato por no quererse enfrentar al poder.
ResponderEliminarEstá muy bien lo que ha dicho sobre la naturaleza,las sensaciones que ha descrito,yo también lo siento de igual modo,pero provengo de las ciencias ambientales y sociales y en mis estudios no puedo tampoco desligarme de la realidad en su conjunto,la naturaleza es algo muy bello,sin olvidar que eso es una apreciación subjetiva nuestra,a lo mejor a la naturaleza le da lo mismo lo que pensemos sobre ella,pero además no hay que olvidar que la naturaleza es también un lugar muy peligroso,tenebroso,en ocasiones he tenido la sensación de que la naturaleza ha sido creada por un psicópata,veo las cosas tal cual son ,con su belleza y sus oscuridades,cuando estudio los parásitos no pienso en lo maravillosa y armoniosa que es la naturaleza,quien fue el chiflado que inventó los tiburones y las pitones,hay que ser cruel.
el tema de los videojuegos y demás distracciones...,a mi no me gustan los videojuegos,pero creo que está en la inteligencia humana saber donde están los límites saludables de las cosas,no es cuestión de ir en contra de nuestro ingenio inventivo,es cuestión de adquirir la sabiduría e inteligencia para saber como administrar todo aquello que ingeniamos.Si es cierto están hechos para distraer a la gente y que no estén a lo que tienen que estar,pero esto no es por el juego en si,lo es por la programación cultural previa,jugar no es malo,de hecho es bueno,lo malo es cuando se utiliza el juego como agente supresor del potencial humano de cada persona.
Ja, ja muy bueno, tienes razón que quizá se me note un poquito que voy al campo a recrearme con el perro y que lo veo un poco de color rosa, p e r o hasta los animales más ´bestias´ parecen normalmente tener un motivo de supervivencia y no creo que maten por matar o que actúen por el mero placer de alimentar su ego.
Eliminar¡Qué entrada más compleja Pilar! Acabaremos por no vivir idiota… ;).
ResponderEliminarEl sentirse parte de la naturaleza me parece fundamental y supongo que muchos sentimos la misma emoción… Igualmente los animales nos enseñan muchas cosas.
Estoy de acuerdo en que se utiliza constantemente el miedo para manipularnos y anularnos.
También creo que la idea clave es la de no esperar o lo que es lo mismo tratar de no aplazar el cambio de actitud una vez que hemos comprendido las consecuencias autodestructivas.
El cambio supongo que está en el granito de arena de cada uno de nosotros aquí y ahora.
Sentirse parte de la Naturaleza es una falsedad más . Sentir el bosque como un maestro es un autoengaño del ego . Si cambias un maestro de carne y hueso que te diga lo que debes hacer por un bosque da lo mismo , sólo buscas la autoridad externa para estar segura , sigues buscando seguridad y autoridad ahí fuera ( ahí donde no las hay ) .
ResponderEliminarNo son cambios lo que estamos viviendo , es una transformación .
No cambio ningún maestro por otro. No busco maestros, pero los encuentro. Sin esfuerzo, aparecen en mi vida personas maravillosas y situaciones increíbles que me enseñan a mejor vivir, a mejor amar, a mejor ser.
EliminarEl maestro no tiene por qué ser un gurú. Puede ser el barrendero, tu hijo. Un niño... un gato. Hay muchas formas de ser maestro para alguien, A veces uno mismo se vuelve sin querer maestro para otra persona.
Si no sientes el bosque como un maestro, es que no has sentido el bosque. El bosque no son los árboles de tu calle o el parque municipal. El bosque es salvaje, funciona sólo. Es un ente poderoso que tiene fuerza propia. Precisamente cuando te fundes en él, tu ego se licua. No existe autoridad, exterior ni interior. Eres UNO con la naturaleza.
Pues mira tú que sí lo he experimentado , y no , no lo consideré como un maestro . Yo me sentí uno con el bosque , no como algo separado , me fue muy dificil " regresar " volver a integrarme en la sociedad , cosa que todavía me sigue costando .
EliminarY no me identifico para nada con el otro anónimo que más abajo dice lo de " introvertido " y tal ; para nada , me encanta la vida y vivir bien y compartirlo .
EliminarConozco gente " apartada " de la sociedad que tienen más amigos de los que cualquiera podría imaginar . El bosque te acoje , pero es mal lugar para esconderse de los demás , como decía Dersu Uzala " está lleno de gente " .
El río es gente y el fuego y los animales y plantas que lo habitan . Y los semejantes que lo habitan también son gente .
Las elites que nos gobiernan y los que estan detras de ellos nos tienen envidia, tanta que desean nuestra destruccion. He aqui un ejemplo de lo que tenemos que tanto ansian...
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=BQ9nAblnGFk
Despues de ver esa escena me pregunto si de verdad no nos "joden" la vida solo por pura envidia, de que ellos nunca podran tener lo que nosotros tenemos. Saludos.
Nosotros participamos. no lo olvides. Rockefeller no puede hacerte firmar una preferente o ponerte una vacuna tóxica u obligarte a aprenderte una lección estúpida. Todo este sistema se sostiene por los mandos intermedios: gente buena que sólo hace su trabajo sin querer tener problemas con nadie, paga sus impuestos ..... blablabla. NAdie te obliga a comerte una hamburguesa de pasta rosa con clembuterol. No estamos obligados a regalarle a nuetsros hijos violentos en los que cuanta más gente matas, mas puntos tienes... NO, ellos nos joden y nosotros colaboramos.
Eliminar"video juegos" violentos , querrás decir .
Eliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=qmDubp_od04
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=ksmlL6ybNsM
ResponderEliminarMuy bueno Pilar, me ha encantado
ResponderEliminares curioso...como ser humano desarraigado de mis orígenes e introvertido no me identifico con comunidad alguna ni grupo ni nada ...solo con la naturaleza y con los animales...el bosque el monte ....es ahí donde puedo regenerar mi energía, de hecho es la naturaleza la única fuente...
ResponderEliminarConmovedor, ilusionante y verdadero. Un abrazo.
ResponderEliminarConsidero algo hermoso parase delante de un árbol y dedicarle un abrazo pero...
ResponderEliminarPor favor, procurar no abrazar los árboles. Es un verdadero problema, sobre todo en los que son un reclamo turístico. Nuestro constante paso en la tierra en torno al árbol crea numerosos problemas. Se apelmaza y afecta a las raíces, transpiran peor, se encharca o seca, aumentan los hongos..., etc.
http://csaranjuez.wordpress.com/el-problema/el-decrecimiento-energetico/
ResponderEliminarhttp://csaranjuez.wordpress.com/2014/04/02/la-era-resilienthus-10-formas-de-prepararse-para-una-sociedad-post-petroleo/
ResponderEliminar