La ley 21/2020 es clara: deporte siempre sin mascarilla.
Pues los colegios hacen lo que les da la real gana.
"Tengo dos hijos de 8 y 10 años. Su situación hacia el virus afortunadamente no es de miedo, de eso me he encargado yo para no aumentar el pánico general que todos los medios informativos están difundiendo.
Sin embargo tienen miedo a bajarse la mascarilla para poder respirar si se sienten agobiados o con falta de aire, no desean contrariar a los profesores y prefieren evitar que les regañen. Mi hijo dice que a veces va al baño para respirar tranquilamente. Mi hija, se baja la mascarilla de la nariz cuando no le ven para sentirse aliviada.
Me preocupa que están sentados y sin moverse la mayoría del tiempo y cuando salen al recreo tienen un espacio muy limitado para poder moverse y poder desahogarse.
Lo más serio para mí es que hacen deporte con la mascarilla puesta.
Mi hijo me cuenta como su mascarilla se empapa de babas resultando además de incómodo, dificultoso para respirar y no puede escupir y deshacerse de las babas, esto también le ocurre en el recreo.
En cuanto al gel, me cuentan que se dan más de seis veces al día. Que a la hora de la comida no les dejan lavarse las manos con agua y jabón (supongo que para prevenir alboroto en los baños) y cuando comen fruta se produce una pasta en las manos y al final se mezcla con la fruta que ingieren resultando como mínimo desagradable por no decir insano...
En las entradas a los colegios se forman largas filas intentando respetar las distancias, pero a la salida del centro es imposible controlar que no haya aglomeraciones.
Siento que mis hijos están más irascibles, tristes y emocionalmente alterados.
Además tienen miedo a expresar sus ideas si van en contra de las normas o lo establecido por la sociedad. Se ha eliminado el debate y se impone la obediencia por encima de la propia salud.
En resumen me siento preocupada dejando a los niños en el colegio, no encuentro lógica ninguna en este distanciamiento y en las medidas adoptadas. El remedio está siendo 100 veces peor que la enfermedad ya que en los niños la incidencia es mínima como bien sabemos."
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