Estar indignado no es una reivindicación, es la declaración de una estado emocional. Punto. ¿Es ésto suficiente para hacer una revolución? No.
Estamos presenciando en buena parte del mundo el movimiento de los indignados que los medios de comunicación oficiales nos venden como un movimiento de empoderamiento del pueblo[1]. Sin embargo, cuando uno observa el mecanismo de esta aparente revolución espontánea descubre que estamos frente a una manipulación de dimensión planetaria.
Veamos las pruebas, el mecanismo y los propósitos de esta manipulación.
PRUEBAS DE LA MANIPULACIÓN
¿Por qué pensar que estamos frente a una manipulación?
Por varios motivos.
1. La difusión masiva del movimiento en los medios oficiales del sistema es la mayor evidencia de que estamos frente a una manipulación. Puede que se cuele alguna noticia, pero no hay seguimiento de un tema e insistencia si éste no sirve los intereses de los dueños de los medios de comunicación. Si este movimiento fuera realmente peligroso y pudiera “voltear la cuna del poder” no tendría el apoyo de todos los medios de comunicación de masa, que, como ya sabemos, están controlados por los poderes fácticos[2].
2. Detectada la presencia de grupos neo y ultraliberales, como Democracia Real Ya, y de personas de dudoso compromiso social por un mundo más justo, como Enrique DANS, Lorenzo ABADIA, Eduardo PUNSET o Stéphane HESSEL en el origen del movimiento de indignados; detectada también una infraestructura económica y logística detrás de las acampadas, demasiado organizadas para ser espontáneas, es difícil creer que estamos presenciando un verdadero levantamiento popular revolucionario.
3. Este es el argumento más novedoso y poderoso: no existe verdadero movimiento revolucionario que no nazca de la afirmación contundente y precisa de una reivindicación. Esa necesidad es la que está al origen de todo levantamiento y lo estructura. Los indios de Chiapas lo tienen muy claro: quieren su tierra; los mineros quieren que no se cierre la mina; los de Sintel no quedarse en la calle, etc. El movimiento indignado ha sido promovido desde arriba, desde la cabeza. ¡Indignaos! clama Hessel, pero no se encuentra en su panfleto ninguna propuesta clara, concreta, poderosa. De ahí la vaguedad de las reivindicaciones en las portavocías de las acampadas. Estamos todos indignados con el sistema. ¿Pero cuál es la reivindicación concreta? Eso ya lo discutiremos en la Asamblea General.
Primero nos empujan a indignarnos EN GENERAL a través de eslóganes y mensajes que nadie sabe muy bien quién los manda, y luego discutimos en asambleas interminables temas intrascendentes para decidir si escribimos todos/todas/todes, tod@s o tod*s o si mantenemos la acampada 5 días o una semana. No me imagino a los indios de Chiapas reuniéndose en asambleas interminables para discutir estupideces.
Con todo el dolor de mi corazón, creo que se trata de una falsa revolución porque tiene cabeza pero no tiene “tripas”, no nace de dentro. Y por eso es una manipulación. Estamos hartos, estamos mal, pero no es suficientemente doloroso, profundo, visceral para que se transforme en revolución.
De nuevo lo que voy a decir va a molestar: el movimiento 15M sólo es un estado emocional. Le falta dolor, le falta rabia, le falta abismo. Ha nacido de la falta de confort, eso no es suficiente.
MECANISMO PSICOLÓGICO de la manipulación
Esta es mi hipótesis:
Toda manipulación tramada desde la ingeniería social[3] utiliza mecanismos psicológicos. En este caso, se trataría del deseo de “matar al padre”, es decir el Estado. No es la primera vez que ocurre en la Historia.
Erich Fromm, en "El dogma de Cristo", ya estudió la figura de Cristo como un ejemplo de matar al padre/imperio romano, siendo ese el origen del éxito de su mensaje.
Si entendemos la sociedad como un cuerpo, podríamos comparar el momento actual de la sociedad con la entrada del adolescente en la madurez y, para ello, necesita matar al padre, en este caso el Estado. Recuerdo que "menos estado" es una de los eslóganes de DRY.
Sabiendo la brillantez de los cerebros que trabajan en la sección de ingeniería social de Harvard, financiada por la Fundación Rockefeller, creo que debemos prestar mucha atención a este proceso social inédito: parecen haberse adelantado al proceso de maduración social para dirigir ese deseo de matar al padre/Estado en una dirección que sirva a sus intereses: la institucionalización de un gobierno mundial.
PROPÓSITO de la manipulación
El 4 de julio pasado J. DEISS, presidente de la Asamblea general de la ONU, anunciaba sin pestañear, y sin ninguna argumentación lógica, que “el movimiento de los indignados era la prueba que el mundo necesita un gobierno económico mundial”[4], no electo, por supuesto y por encima de los gobiernos soberanos.
Por otro lado, después de que el PP arrasara en las elecciones regionales del 22M, Cebrián y PRISA también quieren capitalizar este movimiento para adelantar las elecciones generales en España. [5], argumentando que se trata de un “problema global que requiere soluciones globales”.
El propósito parece ser pues la preparación de la opinión pública – u opinión mediática como dice Sampedro- para la instauración de un gobierno económico mundial desde la ONU.
Ya todos hemos observado, con la crisis económica mundial creada desde ReservaFederal/JP Morgan/Goldamn Sachs, que tal gobierno mundial ya existe de facto. Pero por lo visto, no les basta y quieren darle una completa legitimidad.
Cuando escribí este artículo, todavía no habían adelantado las elecciones.
Por lo visto la agenda se va cumpliendo.
Estaremos alertas y vigilantes.
Esto es apasionante, es como jugar al ajedrez con un estupendo contrincante.