Sobre el numerito entre ella y Monti; él, el padre autoritario que impone la disciplina necesaria al niño desobediente con firmeza, ella la madre culpógena que actúa para la galería y saca el pañuelo.
Pues sí, es probable que haya sido un numerito sentimentaloide para que el pueblo italiano empatice con sus dirigentes, y piense lo mismo que yo, hay que ver que sensible y buena gente es nuestra ministra...
Es que tengo demasiadas ganas de que esto cambie de una vez, y me ilusiono, jajajaja!
En cuanto a la posibilidad de dimitir en lugar de anunciar las medidas con las que no está de acuerdo, eso ya es de una integridad moral y espiritual que prácticamente es congénitamente incompatible con el cargo de ministro.
genial el comentario
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