Todo lo que está pasando, Caso Gürtel, Caso Noos, Caso ERE, CasoPlón, Manada, Mastergate... tienen el mismo origen común: la falta de límites, que no es otra cosa que la ausencia de valores morales y de conciencia de lo que uno puede y debe hacer.
En el siguiente artículo, Antonio Galindo explica muy bien cómo nuestra cultura del siempre querer superarnos más allá de los límites es el camino garantizado hacia la infelicidad, o incluso la desgracia. Pues en lugar de ser conscientes de quienes somos, de aceptar que no lo podemos todo pero sí podemos intentar ser eso que somos, ni más ni menos, pero lo mejor posible, en lugar de eso, decía, buscamos "superarnos", "ir más allá de nuestros límites" en una búsqueda siempre frustrante de alcanzar algo fuera de nosotros, diseñado desde fuera y que genera desasosiego, inseguridad e infelicidad, porque estamos buscando en la dirección equivocada creyendo en la máxima cainita que ponernos límites es una merma a nuestra libertad. Cuando la libertad no es transgredir sino ser libre de poder elegir lo que es bueno para nosotros y los demás.
En el siguiente artículo, Antonio Galindo explica muy bien cómo nuestra cultura del siempre querer superarnos más allá de los límites es el camino garantizado hacia la infelicidad, o incluso la desgracia. Pues en lugar de ser conscientes de quienes somos, de aceptar que no lo podemos todo pero sí podemos intentar ser eso que somos, ni más ni menos, pero lo mejor posible, en lugar de eso, decía, buscamos "superarnos", "ir más allá de nuestros límites" en una búsqueda siempre frustrante de alcanzar algo fuera de nosotros, diseñado desde fuera y que genera desasosiego, inseguridad e infelicidad, porque estamos buscando en la dirección equivocada creyendo en la máxima cainita que ponernos límites es una merma a nuestra libertad. Cuando la libertad no es transgredir sino ser libre de poder elegir lo que es bueno para nosotros y los demás.
Tenemos un ejemplo flagrante de esta ausencia de límites, y de aceptación de lo que uno es, con el caso de la chica de la Manada: una joven completamente desubicada, que se pone en peligro, que busca situaciones excitantes, extremas, que le hagan sentirse importante y deseada, que busca transgredir toda norma, que se falta el respeto y que, porque le robaron el móvil y por miedo a qué dirá su madre, con 18 años ha destruido su vida, la de su familia y la de los 5 chicos condenados a 9 años de cárcel...
Creía ser libre porque había transgredido las normas sociales, pero, en realidad, fue presa y víctima de su deseo de gustar y ser poseída por varios hombres a la vez.
Su falta total de límites en su comportamiento, de referencias morales, de saber qué se puede y no se puede hacer, por su propio bien y el de los demás, con sus mentiras ha arrastrado a seis familias a la desgracia.
Mientras ellos, desalmados, en su deseo de añadir una muesca más a su pistola y poder fardar de una nueva hazaña, en su curriculum de machos en celo que, supuestamente, haría brillar sus poderes viriles ante su círculo de seguidores, han perpetrado una felonía sobre una niña incauta, dejándola tirada en un portal, de la forma más deleznable que uno pueda imaginar. El caso de La Manada describe una juventud desnortada, inmoral y autodestructora. Y no puedo dejar de preguntarme: estos chicos ¿no tienen padres, madres, abuelos, tíos que les indiquen el camino?
Debemos cuidar de nuestros hijos, educar mejor, vigilar y poner límites en base a principios morales claros y firmes.
Somos todos, de alguna manera, responsables de lo que pasa a nuestro alrededor, y en particular con la juventud.
Por nuestro bien y el de la Humanidad, todos debemos ayudar a construir un mundo mejor. Empecemos con nosotros mismos, nuestra familia, nuestro entorno.
Todos debemos aprender a dar al mundo lo mejor de nosotros mismos. Y hacerlo con abundancia y generosidad, es decir, con amor.
Creía ser libre porque había transgredido las normas sociales, pero, en realidad, fue presa y víctima de su deseo de gustar y ser poseída por varios hombres a la vez.
Su falta total de límites en su comportamiento, de referencias morales, de saber qué se puede y no se puede hacer, por su propio bien y el de los demás, con sus mentiras ha arrastrado a seis familias a la desgracia.
Mientras ellos, desalmados, en su deseo de añadir una muesca más a su pistola y poder fardar de una nueva hazaña, en su curriculum de machos en celo que, supuestamente, haría brillar sus poderes viriles ante su círculo de seguidores, han perpetrado una felonía sobre una niña incauta, dejándola tirada en un portal, de la forma más deleznable que uno pueda imaginar. El caso de La Manada describe una juventud desnortada, inmoral y autodestructora. Y no puedo dejar de preguntarme: estos chicos ¿no tienen padres, madres, abuelos, tíos que les indiquen el camino?
Debemos cuidar de nuestros hijos, educar mejor, vigilar y poner límites en base a principios morales claros y firmes.
Somos todos, de alguna manera, responsables de lo que pasa a nuestro alrededor, y en particular con la juventud.
Por nuestro bien y el de la Humanidad, todos debemos ayudar a construir un mundo mejor. Empecemos con nosotros mismos, nuestra familia, nuestro entorno.
Todos debemos aprender a dar al mundo lo mejor de nosotros mismos. Y hacerlo con abundancia y generosidad, es decir, con amor.
Antonio Galindo /Psicólogo. Madrid.
20 de mayo de 2018. 08:22h La Razón.
La lucha del hombre moderno contra sí mismo consiste en salir de los límites que la vida marca para él. En los libros de autoayuda y en la psicología al uso se abusa de expresiones tales como "poder sin límites" y también se promulga que los límites representan un menoscabo para la libertad humana, que todo está a nuestro alcance y que vivir una vida limitada es algo indeseable. Están de moda filosofías existencialistas de vivir, no tanto el presente, sino sin límite de placer, de experiencias, de riesgo, evitando lo doloroso y evadiéndose de aspectos humanos como la compasión o la entrega a los demás. Entrega que no significa sacrificio sino el noble gesto de compartir con otros las propias cualidades.
20 de mayo de 2018. 08:22h La Razón.
La lucha del hombre moderno contra sí mismo consiste en salir de los límites que la vida marca para él. En los libros de autoayuda y en la psicología al uso se abusa de expresiones tales como "poder sin límites" y también se promulga que los límites representan un menoscabo para la libertad humana, que todo está a nuestro alcance y que vivir una vida limitada es algo indeseable. Están de moda filosofías existencialistas de vivir, no tanto el presente, sino sin límite de placer, de experiencias, de riesgo, evitando lo doloroso y evadiéndose de aspectos humanos como la compasión o la entrega a los demás. Entrega que no significa sacrificio sino el noble gesto de compartir con otros las propias cualidades.
Un ser humano tiene unas facultades y no otras, tiene valores, dones y habilidades que le son propias. Las facultades de una persona no son las de otra. Al igual que un manzano no da peras ni el roble, fresas, un ser humano es un Ser único y limitado en el sentido de que, lo que le hace ser sí mismo, es aquello de lo que está dotado. La dotación no implica estar por encima o por debajo de alguien sino asumir y reconocer lo que somos como expresión de humanidad. Nuestros talentos nos representan y nos limitan en el sentido expansivo de SER lo que somos.
Un dato interesante es éste: se piensa comúnmente que una persona insegura es alguien que no se atreve a tomar decisiones o alguien que duda. Desde el enfoque que propongo de asumir lo limitado como algo propio que da la entidad de Ser, la inseguridad no es sino la poca percepción que tiene una persona de sus propios límites, o sea, alguien que no sabe lo que realmente es. No lo somos todo ni nunca lo seremos: somos el límite que al nacer se nos dio para desarrollar al máximo lo que hay dentro de este límite. Y en esto consiste nuestra ilimitada contribución: no en ser más de lo que somos, sino en ofrecer y dar sin freno lo mejor de nosotros mismos.
La mente desconectada del Ser tiende a creerse o por encima o por debajo de los límites. Hace eso para falsamente definirse. No lo hace en base a las propias facultades sino a la comparación de querer más de lo que realmente puede. Este es el concepto de reconocimiento que hemos adquirido de la cultura competitiva: un elegante tipo de soberbia, que no es sino la antítesis de la humillación. Como alternativa de equilibrio se halla la humildad, concepto que se confunde con sumisión pero que nada tiene que ver con éste. La humildad es el hecho de ser uno mismo, ni más ni menos.
Veamos: humillación es el estado mental de menoscabo y de falta de reconocimiento de las propias facultades y talentos. Implica, por lo tanto, no reconocimiento de lo que uno es, pero por defecto. Soberbia es el estado mental de superioridad, de creerse más de los límites que uno tiene. Por lo tanto, tampoco implica reconocimiento de lo que uno es, pero por exceso. Ambos extremos ciegan el cielo de la humildad, que no es sino el estado de Ser y estar donde se hace honor a los propios límites, un lugar de expresión máxima de las facultades y cualidades que llevamos dentro.
Entender que las diferencias individuales son limitadas, y que por eso son individuales, es la clave de la aceptación personal. Por ende de la seguridad. Sólo que este planteamiento no hace mucha gracia a quienes diabólicamente confunden presencia de límites con falta de libertad.
Habiendo reinterpretado el concepto de límite y como éste nos emplaza a la máxima expresión de SER lo que somos, hemos de entender cómo la ausencia de límites está a la orden del día y es fuente de confusión y conflicto:
· En la familia: hijos hedonistas y adictos que buscan placer sin límite. Ello lleva a tiranía e incontinencia emocional, las bases de la pornografía.
· En la pareja: uniones de cónyuges que se aburren consigo mismos y buscan experiencias sin fin para mantener el estímulo de la ausencia de límite.
· Programas educativos que no creen en el límite moral, en valores, y generan lo contrario de lo que pretenden (inseguridad y sujetos sumisos dependientes de la aprobación de los demás).
· La propia sociedad que interpreta límite como barrera y fomenta la superación de los límites humanos como algo deseable y valiente, llegando a tener la consideración de que ser un ser humano es poca cosa, de que no tener experiencias nuevas y no superar la propia humanidad hace infelices.
· O políticos que no tienen límite en su avaricia ni en la falta de amor a los ciudadanos que ya no representan.
Cuando al fin vemos la realidad a través del valor de los límites, entonces somos libres de comprender que la ausencia de límites es la causa de la infelicidad. Por lo tanto, vivir con la conciencia de Ser ni más ni menos lo que somos, conduce al amor.
Antonio Galindo es psicólogo en Asesores Emocionales
La característica fundamental de la sociedad occidental es precisamente el afán por Traspasar límites( La Decadencia de Occidente; Spengler), constituyendo el acontecimiento que nos ocupa tan solo un botón de muestra más de ese afán.
ResponderEliminarBotón de muestra que además evidencia un grado de decadencia terminal, al contrastarlo con la intrepidez de los primeros navegantes vikingos y de los conquistadores españoles, el afán de ampliar el conocimiento de los antiguos científicos, la pasión por innovar de los pioneros en nuevos negocios. Porque el eliminar la moral no es tan solo autodestructivo para cualquier civilización, sino que incluso supone atentar contra leyes antropológicas. Consiste en renunciar a nuestra humanidad, poniéndonos a un nivel inferior al de hominidos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPara transgredir los límites tiene que haberlos.
EliminarSupongo que el señor Galindo se esta refiriendo a la perdida del ser humano del entendimiento de su propia naturaleza. ¿Como no la vamos a traspasar?.
ResponderEliminarNos invitan a vivir constantemente contra nuestra propia naturaleza, en todos los campos, en todas las facetas y claro, ¿cuando sabemos que la hemos traspasado?. Tristemente, cuando nos vemos con el bote de pastillas en la mano, el que nos llevará aun más allá en cuerpo y alma.
¿Que somos?, ¿cual es nuestra naturaleza humana?, ¿en que mapa pretendemos ver esos límites en los que no debemos poner un pie fuera?.
Vivimos anti natura y en el universo todo esta diseñado para pagar las consecuencias naturales. Las terrenales, las dictadas por los mismos de siempre basadas en la retórica de la libertad, están elaboradas para seguir manteniéndonos en el mismo conflicto, no saber quienes somos como humanos.
Seguiremos jugando en este juego de la auto destrucción hasta que no definamos desde abajo, aunque sea de inicio por consenso, cual es nuestro mapa humano.
PARECE QUE A CULPA É TODA DELA...
ResponderEliminarEsses discursos estão desactualizados...agora que sabemos a que ponto estamos controlados por todo o lado...e por dentro desde o ADN que nos estragaram!!!! La chica fue teleguiada...los chicos igual...es una otra forma de sacrificio humano...y MKULTRA.
Não vai lá só com moral...e bons costumes...
...
Pues hablando de traspasar límites. ¿Qué te parece el arte que fomenta el gobierno de Madrid? La "Angelíca" Liddell en Teatros del Canal. Primero se rasgan las vestiduras con el caso de "La Manada" y después te presentan semejante basura como alta cultura.
ResponderEliminarEsta artista merece un post Pilar. Y también merece otro el periodista (complice de satanistas) de "El Mundo"
Paso el enlace con la noticia: http://www.elmundo.es/cultura/teatro/2018/05/28/5b0bfc2822601d1e0b8b456f.html
España esta en gran peligro , para los turistas que acudimos aqui
ResponderEliminarmos hemos equivocado de pais , creimos que acá los dereschos sociales
funcionaban ,pero esta lleno de gente pidinedo dinero por las
partes mas lindas de la ciudad .Estabamos alojados cerca de la
calle Miguel Angel de Madrid donde vimos a un grupo de muchas
personas ir a un edificio que se llama el defensor del pueblo
para pedir que no les estaban dando unas rentas minimas que el
propio ayuntamiento de la Comunidad les quita , pero en los
periodicos y publicaciones dicen que les da , nos dijeron que
ademas hay mas suicidios debido a esta imagen que se quiere dar
de España de todo lo lindo para el turismo de fuera y nada para los de dentro, nos muestran tambien acerca de una directora que ya
llevo al notario el saqueo del PP que ahora esta en el Imserso
en su periodico el mundo y que todo este dinero esta produciendo
mas dinero para los que lo roban ya que segun nos dicen En Madrid
hay casi dos millones de pobres que tendran que pedir y robar
porque no los mantienen o les quitan lo que les dan .
Luego anuncian unos cartelesque el Ayuntamiento hay 100 millones en los pres
supuestos participativos que anuncian en carteles y stop bus
Si hay cien millones porque no los dan a los que no tienen en
ves de hacer boludeces para los turistas que no nos quedamos
aqui .España el mejor pais para turistas pero parece que no
para los que viven .La plaza Mayor es la prueba de como tiene
Madrid a sus habitantes
r
En el centro de Madrid se observa en efecto un numero elevado de mendigos. Pero , en mi opinión, ocho de cada diez son extranjeros que en la mayor parte de estos casos han venido a España a mendigar. Destacan especialmente los rumanos o búlgaros de etnia gitana, en proporción muchisimo menor se observan mendigos hispano americanos y en proporción similar a estos últimos mendigos españoles, ancianos. El turismo es un motor económico para España, pero tanto la tradición católica como los antecedentes musulmanes, como sobre todo el buen corazón de los españoles dan lugar a que no se les ponga trabas para buscar su sustento mendigando a estos infortunados.
EliminarNo estoy de acuerdo con la exposición del psicólogo , al menos relativamente, en tanto en cuanto discrepo en lo que a la perspectiva de la búsqueda que el ser humano debe tener de si mismo, creo que la visión particular de ese psicólogo de que la persona tiene que aceptar sus límites sin mas es un axioma nefasto dado que ello implícitamente pude motivar al conformismo más que a otra cosa,en el sentido de que claro como soy cojo pues entonces no puedo más que renunciar a mi sueño de ser atleta,pues no, yo opino de forma rotunda y sin ambigüedad que, muy al contrario de la posición de Galindo, afirmo que el ser humano debe anhelar ser cada día mejor y mejor y mejor y saber valorar sus potenciales futuros que encarna y que debe tener fe en que con su chispa divina de la razón puede lograr cualquier cosa. Considero así que es un error garrafal mezclar la ausencia de limites morales con la ambición de conseguir avanzar hacia propósitos legítimos por medio de vías éticas que hagan trascenderse hacia alguien superior, pero no hablo de ascenso social, ni de ser más pudiente económicamente, tampoco hablo de ser mejor que, es decir no hablo de esa horrorosa y demoniaca competitividad entre las personas propia de la mentalidad liberal-banquero-financista, hablo de un centrarse en ser mejor que tu mismo del pasado, es decir de esa forma de ver las cosas como la que argumentaba Jose Luis Camacho que dice de que no hay que mirar a los lados sino adelante, no mirar el camino de este o aquel, sino solo tu propio camino. Aceptar quedarse en como se es en el presente es presagio inevitable de estancamiento, tal cosa es a mi parecer antinatura. Un ejemplo de que tener los principios bien establecidos, escala de valores y a la vez tener una búsqueda trepidante de retos y de un superarse continuo sería el caso de la Rusia que ha despegado en cierta forma con Pudin (nada que ver a como estaban los Rusos con el yugo del FMI apretando las tuercas, sometiéndolos y esclavizándolos con la táctica de la trampa de la deuda en el periodo postsoviético)
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